Uno de los fenómenos más comunes de la globalización y del intercambio de productos y servicios a nivel internacional es la doble imposición. En el comercio internacional suele plantearse la pregunta: ¿en dónde se debe tributar?, bajo la confusión de si se debe hacer en el país de origen del hecho generador o en lugar en el que se ofrece el producto o servicio. Mediante este artículo se realizará un breve análisis de sus antecedentes y estructura básica.
La globalización hace que las economías de los países se encuentren interconectadas entre sí gracias al aumento del flujo de bienes, servicios y capitales. Esto ha hecho que los países abandonen sus tendencias rígidas y cerradas de mercado y conviertan sus sistemas económicos en flexibles. Por consecuencia, el sistema de tributación también ha mutado junto con las transacciones mercantiles internacionales. Esto último ha abierto dos aristas importantes, mismas que son la base de la teoría de la doble imposición internacional.